Quién soy para mí


Recientemente alguien discutía conmigo acerca de religión y me explicaba cuánto le caían mal los judíos por creerse los hijos predilectos de Dios. Entonces me cruzó la idea, ¿qué evita que nosotros también nos creamos los hijos preferidos de Dios? Los judíos tienen enraizadas en sus creencias ser un pueblo especial y escogido*; estoy convencida que esa forma de pensar les ha llevado a empoderarse individual y socialmente, y a lograr muchas cosas buenas para ellos mismos, a pesar de sus múltiples limitaciones como nación.

¿Quién soy para mí? La respuesta es medular si consideramos que el principal factor de incidencia en nuestras vidas, somos nosotros mismos. Y a nivel exterior, si tenemos presente que la sociedad es la suma de individuos. Lo que somos en conjunto, usted, yo, el de al lado y todos los demás, forma esta sociedad.

Hombres y mujeres cometemos muchos errores por falta de seguridad y autoestima. Incluyendo a aquellos que alardean de exceso de seguridad; porque a la larga es para compensar la falta de la misma.

Por eso mi sugerencia para este nuevo año es, que antes de quererse transformar en algo mejor, se tome un poco de tiempo para aceptarse y amarse así como está hoy. Si lograra verse a sí mismo como alguien más, como su prójimo, como ese ser al que anhela amar, ¿qué haría por usted mismo?, o mejor aún, ¿qué no haría? Nada le impide tener un alto concepto de sí mismo, excepto usted mismo.

Quiérase, valórese, y le aseguro que después de eso muchas cosas buenas vendrán por añadidura.

¡Feliz año!






*No es mi intención discutir en este momento si lo son o no lo son. La intención de la referencia es únicamente servir como una ilustración del tema. 

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