¿Los sentimientos son más fuertes que los pensamientos?
¿Los sentimientos son más fuertes que los
pensamientos?... Yo creo que solo si así lo decide uno.
Todos hemos tenido esa lucha interna entre lo que
nuestra mente sabe que debemos hacer y lo que nuestros sentimientos quieren
hacer. Es normal. Pero los resultados no dependen de esa lucha interna, sino de
lo que DECIDIMOS hacer.
Cuando decidimos dejarnos llevar por los sentimientos,
por lo regular, buscamos autoengañarnos pidiéndole consejo a quien que sabemos
nos dirá lo que queremos escuchar. Pero al final, todo es un desastre. Entonces
surgen las famosas frases: “Pero si yo sabía que esto no me convenía”, “Pero si
yo sabía que no lo debía hacer”.
Pero entonces, si sabíamos lo que teníamos que hacer, ¿por
qué escogemos lo contrario? Normalmente, por el miedo al dolor que esa decisión
nos traerá. Preferimos la salida fácil, la que el día de hoy me trae alegría,
felicidad o menos dolor; pero todo ello es de corto plazo. Al largo o mediano
plazo el problema es mucho mayor y trae consigo mucho, mucho más dolor.
Siempre supimos lo que debíamos hacer, pero no lo
hicimos y tardamos años es salir del problema en el que nos metimos…
Como cuando no dejamos a alguien por miedo a la
soledad, para luego descubrir que perdimos años valiosos al lado de esa persona.
O cuando dejamos a alguien que aunque no es perfecto,
nos ama y se esfuerza por la relación, por un chico o chica que nos llena de
emociones poco duraderas.
O esa ocasión en dejamos ir al chico o chica de
nuestra vida simplemente por miedo, y nos conformamos por lo aparentemente
seguro, pero que no es lo realmente buscamos.
Cuando iniciamos una relación amorosa con alguien que
sabemos no es el indicado, sea de noviazgo o matrimonio, creyendo que de esa
manera llenaremos los vacíos que cargamos en el alma.
Cuando por pena no le expresamos nuestros sentimientos
a alguien.
Cuando nos vamos o nos quedamos por miedo.
Pero lo más importante
es el hoy. Hoy que muchos estamos en esos días cruciales en los que aún podemos
tomar una decisión inteligente. Sabemos lo que debemos hacer, entonces,
tengamos el VALOR de ir y hacerlo. Así de sencillo, así de simple.
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